LAS MERCANCÍAS PELIGROSAS Y LOS PRODUCTOS ALIMENTICIOS

Cuando se habla de mercancías peligrosas y de su transporte, siempre pensamos en productos químicos, pero la industria alimenticia y la restauración también están relacionadas con las mercancías peligrosas.

Cada vez más la innovación en la cocina, hace que los chefs de prestigio piensen e investiguen técnicas de cocinado diferentes, desde el uso del nitrógeno líquido refrigerado hasta la venta de masa para churros en aerosol.

Es además de innovar en la cocina, vender la marca España de una manera diferente, nueva y con garantías de éxito. Hoy por hoy encontramos productos en los supermercados como nata, natillas, chocolates, crema inglesa envasados en recipientes a presión que están clasificados como mercancías peligrosas para el transporte.

Ciertas esencias y colorantes alimenticios también pueden considerarse mercancías peligrosas para el transporte.

Es por ello que hay que ser cautelosos en la manipulación de estos productos e intentar prevenir los riesgos que pueden conllevar, pero también hay que tener en cuenta que pueden tener restricciones para el transporte.

Es cierto que cuando uno trabaja con productos alimenticios, no cae en la cuenta que algunos pudieran ser mercancías peligrosas

Los resultados son espectaculares, pero nos podemos encontrar problemas a la hora de transportar los productos.

El aerosol, por ejemplo es un recipiente que contiene un gas a presión para facilitar la salida del producto por la boquilla del recipiente. Este gas puede ser un gas inflamable, tipo butano, o un gas no inflamable. Teniendo en cuenta el tipo de gas, el aerosol se clasificará como inflamable o no inflamable, pero por ser un recipiente a presión ya se considera peligroso para el transporte y debe cumplir con una serie de normas de embalado del producto y de señalización del riesgo en el exterior del embalaje donde se transporte. Además y dependiendo de la capacidad del recipiente incluso necesitará una documentación especial.

Cuando hablamos de transporte, una de las cosas a tener en cuenta es que este se realice de una forma segura. Los productos alimenticios deben también cumplir con normas sanitarias de transporte e incluso transportarse refrigerados. Además de los transportes en vehículos refrigerados y cuando las cantidades a transportar no son grandes, quizá una buena forma de refrigerar el producto sea el uso del hielo seco. El hielo seco es un gas, dióxido de carbono sólido y por ejemplo, para el transporte aéreo, se considera mercancías peligrosas porque es más pesado que el aire, el avión es un lugar confinado y los sistemas de ventilación de las aeronaves solo pueden ventilar hasta cierta cantidad de hielo seco sin que este se pueda convertir en un riesgo para la tripulación o los pasajeros. En vehículos cerrados hay que tomar precauciones antes de entrar si las cantidades de hielo seco son altas ya que la falta de oxígeno puede provocar mareos y pérdida de conocimiento.

En cuanto a la conservación de los alimentos, el uso de salmueras, conservas, etc, pueden ser un problema en el transporte si se produce una fuga por el uso de un embalaje insuficiente o inadecuado. Por ello, es importante que todos estos productos vayan bien embalados, lo suficiente para aguantar las condiciones normales de transporte teniendo en cuenta que las condiciones normales de transporte, varían dependiendo del modo de transporte (altitud, presión, etc).

En definitiva, las mercancías peligrosas son algo habitual en nuestra vida cotidiana aunque en ocasiones, no somos conscientes de ello.